
Sara Alonso Esparza
Sara Alonso es una periodista en el área internacional de RNE (Radio Nacional Española), y aunque ella no se define a sí misma como corresponsal, el simple hecho de llevar a cabo las noticias de ámbito internacional yendo muchas veces al sitio dónde suceden, la convierte, en cierto modo, en corresponsal.
Le hemos pedido su opinión frente al tema de la discriminación de la mujer en el periodismo, desde su punto de vista como corresponsal o, al menos, como periodista que muchas veces tiene que viajar por su trabajo.

Sara Alonso en su lugar de trabajo: estudio de radio de RNE. Fotografía hecha por el equipo de RTVE.
Entrevista
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¿Por qué decidiste estudiar periodismo? ¿Veías futuros impedimentos para trabajar como periodista por el hecho de ser mujer?
Decidí estudiar periodismo porque siempre me había gustado. Había otras disciplinas que me atraían pero ésta fue la que me resultó más atractiva. Siempre he sentido curiosidad, ganas de saber, de preguntar, necesidad de respuestas... Ni para esto ni para nada he visto nunca impedimentos por el hecho de ser mujer porque yo, a mí misma, nunca me he puesto obstáculos. Si vienen, porque existen, vendrán desde fuera. Yo nunca me pongo límites ni por mi condición de mujer ni por ninguna otra.
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¿Cómo es trabajar como mujer en África?
Creo que esa es una gran pregunta para las mujeres africanas que, por cierto, tienen un papel en sus sociedades tanto en el nivel familiar, como social y en los últimos tiempos, estoy pensando por ejemplo las recientes manifestaciones de Argelia o de Sudán, un papel fundamental. Ahí está también Ruanda, que si no me equivoco tiene el Parlamento con mayor proporción de mujeres de todo el mundo. Como periodista no he tenido problemas para trabajar en África. Por el contrario, he aprendido muchísimo de mujeres con una enorme capacidad de lucha. Pienso, por ejemplo, en Yayi Bayam. Su hijo murió ahogado tratando de llegar desde Senagal a Canarias y además de ayudar a otras que como ella han perdido familiares en esa ruta migratoria, ha fundado en una cooperativa donde emplea a mujeres y se ha convertido en la primera mujer pescadora en un lugar donde se piensa que las mujeres no pueden desarrollar esa actividad porque debido a la menstruación espantan a los peces.
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¿Has sufrido alguna situación machista mientras trabajas como periodista?
Como muchas mujeres he vivido situaciones machistas pero mentiría si dijera que en el desempeño de mi trabajo las he sufrido. Quizá sí comportamientos paternalistas o palabras ‘cariñosas’ que seguramente no se pronunciarían dirigidas a un hombre pero en lo que se refiere al trabajo en sí, nunca he sentido que mis jefes y/o compañeros me hayan infravalorado por el hecho de ser mujer.
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¿Existe la desigualdad de género en el periodismo?
Por supuesto que existe, como en todos los ámbitos de la sociedad. El periodismo adolece de los mismos problemas. Por ejemplo, las redacciones cada vez cuenta con más mujeres y sin embargo, es más complicado encontrarlas en cargos orgánicos. En ese sentido creo que se va avanzando aunque sea lentamente. En el último año, por ejemplo, pienso en Sol Gallego Díaz, la primera mujer directora de EL PAÍS o en Paloma Zuriaga que hoy es directora de RNE. Por otro lado está la brecha salarial, que también existe. O prejuicios del tipo ¿Y tú mujer cubres una guerra lo mismo que un hombre? Pues sí, hay muchas mujeres cubriendo conflictos y muy bien, por cierto. Me vienen muchos nombres a la cabeza… Mónica García Prieto, Cristina Sánchez, Maysun, Ana Alba, Beatriz Lecumberri, Natalia Sancha, Laura Jiménez Varo, Judith Prat, Rosa Meneses, Aurora Moreno, Catalina Gómez Ángel… y tantas otras. Creo que falta visibilidad. Y no solo en ese ámbito… ¿Cuántas mujeres, por ejemplo, hay en los principales programas de las principales radios? En las mañanas, por ejemplo, de las de ámbito nacional entre semana, sólo Pepa Bueno.
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En la actualidad, todas las instituciones cuentan con áreas o departamentos de Igualdad, porque, aunque la igualdad formal existe, todavía no se ha alcanzado una igualdad real y efectiva. ¿Cómo crees que se logra? ¿Con legislación, con formación, con participación ciudadana…?
Si yo supiera cómo se logra me dedicaría tal vez a otra cosa. Yo no tengo la solución. Creo que con todo lo que mencionáis pero particularmente con educación. Pueden existir leyes pero las normas las diseñan personas que deben tener formación de género. Y luego deben ser aplicadas. Que ese es otro tema. Existen leyes de discriminación positiva que quizá sean válidas como vía de transición pero no creo que sean la solución. No me gusta que nos miren de cintura para abajo. Aún hay muchas mujeres que tenemos interiorizadas pautas machistas. Porque hemos sido educadas así. Hay que ir cambiando poco a poco. Y romper los roles de género. Todos. Porque también hay estereotipos que les pesan a los hombres. La igualdad es cosa de todos, de hombres y mujeres. Porque nosotras nos podemos empoderar mucho pero si no contamos con ellos no llegaremos.
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La imagen de la mujer está plagada de estereotipos que perjudican su desarrollo profesional, por ejemplo, que en España, las presentadoras suelen tener entre 25-35 años, y los presentadores entre 50-60, ¿qué crees que hay que hacer para cambiar esto? ¿Cómo crees que se podrían explicar y mostrar las cualidades y logros de las mujeres para romper esta tendencia?
Creo que hay muchos estereotipos que pesan. En televisión posiblemente sea más visible que en otros medios porque entra la imagen y el canon de belleza. Es cierto que a las mujeres se les suele exigir y juzgar más. En cualquier caso, no estoy de acuerdo con que sea por el factor edad. Ahí está Ana Blanco, por ejemplo, que no tiene 30 años y lleva décadas al como cara visible de los informativos de TVE. Y hay más que no son ni especialmente jóvenes ni son modelos. En cualquier caso son menos ¿Por qué? Eso es lo que deberíamos preguntarnos. Hoy en día, hay muchas mujeres jóvenes presentando noticias ¿Serán apartadas por el hecho de ser mujeres cuando pase un tiempo? Yo espero que no y que poco a poco se vea el avance. Creo que la clave es la profesionalidad por encima del género. Y en ese sentido, vuelvo a la visibilidad. Hay mujeres que son grandísimas profesionales y que quizá no sean tan conocidas o no hayan tenido la oportunidad de llegar a la primera línea.
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¿Qué papel crees que deberían tener los Medios de Comunicación ante la desigualdad de género?
Creo que el papel de los medios es fundamental porque somos generadores de opinión pública. Es crucial que divulguemos esas desigualdades y las denunciemos. En ese sentido, por ejemplo, creo que en el 8M de 2018 cuando se creó el movimiento #LasPeriodistasParamos se dio un ejemplo. Porque muchas mujeres no aparecieron en las televisiones, ni sonaron en las radios, ni firmaron ¿No está Ana Rosa Quintana? ¿Dónde está Julia Otero? ¿Pepa Bueno? Esas cosas a la gente le hace pensar. Más allá de eso, que es un día puntual, creo que está en las direcciones de los medios ser consecuentes. Quiero decir, de nada sirve pregonar la igualdad de género si no la aplicas en tu propia empresa. La velocidad se demuestra andando y debe empezar por uno mismo.
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¿Crees que muchas veces no se valora a las profesionales periodistas por lo que dicen, sino por cómo visten o cómo hablan?
Que se valore a un/una periodista por cómo habla o cómo escribe me parece razonable porque no tendría ningún sentido que lo hiciera de forma incorrecta. Otra cuestión es que se juzguen acentos, por ejemplo, que creo que es algo que puede afectar tanto a hombres como a mujeres porque aún hay mucha tendencia al uso del español ‘neutro’ y creo que es un error ya que parte de nuestra riqueza es la diversidad. En cuanto a la vestimenta… creo que afecta más a la televisión que a otros medios en los que da igual cómo vayamos vestidas y quizá afecte más a la cultura del espectáculo que a la informativa. En cualquier caso, todo juicio que no se base en lo profesional –dentro evidentemente de unos códigos básicos (no creo que nadie vaya a presentar un informativo, por ejemplo, en bañador) me parece fuera de lugar.
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¿Consideras que aumenta el trato diferencial de una mujer por el hecho de ser de otro color, origen que no es el occidental?
Es evidente que cuantos más rasgos que acumules puedan suponer una discriminación, más complicado lo vas a tener. Hay pocas mujeres racializadas en los medios pero hay ejemplos. Pienso ahora mismo en Francine Gálvez o en Desirée Ndjambo. En RNE, sin ir más lejos, tenemos una compañera saharahui, Ebbaba Ahmeida que recientemente recibió críticas con cierto contenido xenófobo en redes sociales por su acento y sin embargo tuvo un enorme respaldo porque es una gran profesional. Esas cosas reconfortan porque algo va avanzando la cosa.
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¿Cómo explicas la necesidad del feminismo a gente no concienciada de esta problemática?
Fundamentalmente, como dije antes, creo que hay un problema de educación. Es difícil pero no imposible cambiar pautas de comportamiento en personas adultas pero es fundamental formar de otra manera y para eso hemos de cambiar el chip.. En cualquier caso, creo que hay un problema de comprensión de la terminología. Feminismo es igualdad entre hombres y mujeres y hay mucha gente que lo concibe como hembrismo, como lo contrario al machismo. Y de ahí devienen etiquetas como ‘feminazis’ que me parecen horribles. Por otro lado, hay diferentes maneras de entender el feminismo y hay algunas que yo no comparto. Por ejemplo, no entiendo que en una manifestación por la igualdad se expulse a los hombres. Creo que es un flaco favor a la causa. Igualdad es igualdad. Y cuantas más personas estemos por esa causa, mujeres u hombres, mejor. En cualquier caso, me llaman siempre la atención justificaciones de algunos hombres del tipo ‘yo tengo una mujer, una hija, una hermana…’ como si los machistas no tuvieran familia ¡Ja! Hay argumentos que no sirven. Creo que la explicación fundamental que hemos de entender todos es que somos diferentes (es obvio) pero somos iguales en derechos ¿Por qué las mujeres realizan más labores domésticas que los hombres? ¿Por qué han de ser ellas las que deban conciliar? ¿Por qué ellas las que hagan las renuncias laborales en favor de la familia? Creo que en ese sentido una reflexión profunda es necesaria por parte de todos. Porque también hay muchas mujeres que asumen que eso es así y ya. Y no.
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¿Cómo explicarías la desigualdad que se sufre en el periodismo entre hombres y mujeres, a alguien que no sabe nada del tema?
Simplemente, le diría que los periodistas somos personas que vivimos en la misma sociedad. Y los hombres y mujeres que se dedican a esta profesión no son ajenos a los males de que adolece. Creo que un problema es que en los medios, por aquello de no centrarnos en nosotros mismos, muchas veces no se denuncian determinadas cosas. No sólo con este tema. Por ejemplo, cuando muchos medios hicieron ERES se denunciaba la precariedad en otros sectores pero no en el nuestro. Hay un dicho muy común en esta profesión que es ‘perro no come perro’ para no criticar nuestras propias miserias. Pues las tenemos, como en todos sitios. En cualquier caso, por trabajar para el público, creo que con un poco de capacidad crítica y reflexión hay algunas cosas que son evidentes. Pregunta: ¿Cuántas mujeres fotoperiodistas españolas conoces? Muchos no te dirán ni tres y hay muchas y haciendo trabajos estupendos.
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¿La lengua construye la realidad o la realidad construye el lenguaje?
Creo que el lenguaje que tenemos es fruto de la realidad que hemos vivido y que los cambios en el lenguaje son importantes para construir nuevas realidades y también para reforzar nuestra identidad. En ese sentido, creo en la importancia de un lenguaje que para empezar sea veraz. Por ejemplo, en materia de violencia machista, es común leer ‘mujer muerta’ cuando es ‘mujer asesinada’. El resultado de muerte es el mismo pero alguien, un hombre, la mató. Es fundamental.
El debate sobre el lenguaje es muy amplio. Hay quien piensa que se lleva al extremo pero en términos generales, creo que se puede usar un lenguaje de género inclusivo que contemple tanto a hombres como a mujeres. En vez de ciudadanos y ciudadanas, se puede decir la ciudadanía, por poner un ejemplo. Creo que usar un lenguaje inclusivo es importante porque hay cuestiones que pueden parecer baladíes pero no lo son. Todo tiene su significado.
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¿Consideras que la ideología que han fomentado los partidos de ultraderecha puede afectar aún más al colectivo femenino en el periodismo, aunque no hayan ganado las elecciones?
Creo que el feminismo, que la igualdad, debería ser algo transversal por encima de ideologías. Si bien, es cierto que algunas formaciones hablan de forma despectiva de ‘ideología de género’ refiriéndose al movimiento feminista identificándolo con no sé muy bien qué… con la izquierda radical, supongo. En Hungría, por ejemplo, donde gobierna la ultraderecha de Viktor Orban, incluso se han prohibido los estudios de género en las universidades por considerarlos ideológicos y lo han equiparado con el marxismo-leninismo. Vetar estudiar la materia que sea, sencillamente, me parece dramático. Las políticas que puedan implementar líderes que piensan y actúan así, ciertamente, asustan. Creo que determinadas posiciones políticas pueden suponer efectivamente un retroceso y en ese sentido, creo que deberíamos estar alerta. Creo que es importante no simplificar y no identificar el feminismo con izquierda, centro o derecha, porque somos muchas personas con múltiples maneras de pensar en la misma causa y cualquier reducción a un lado u otro, en lugar de sumar, resta. Hemos avanzado mucho en las últimas décadas y creo que debemos tener la suficiente altura de miras para defender lo que somos y lo que queremos ser. Tenemos en nuestra mano el voto –las mujeres también gracias, en España, a pioneras en la defensa del sufragio de las mujeres como Clara Campoamor y Victoria Kent, que eran de formaciones políticas distinatas. Cada cual sabrá cómo utilizarlo.

Sara Alonso, periodista y mujer, habla de la discriminación en su profesión, el periodismo, que, para ella, es la misma que hay en todos los sitios, y no le falta razón, dado que vivimos en una sociedad, todavía, con algún rasgo patriarcal. Considera, además, que el papel de los medios de comunicación en cuanto a la igualdad de género es crucial pero que deben ser consecuentes y que, aunque no ha vivido de primera mano ningún mal trago, por ser mujer, en el periodismo, sí ha vivido comportamientos machistas en su vida diaria.
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Sara Alonso en Mali, África, en uno de sus viajes laborales. Es una fotografía por cortesía de otro fotógrafo freelance.